Es preciso comenzar entendiendo que, como su nombre lo indica, un activo alternativo es un grupo de activos financieros y activos reales que no pertenecen a los activos tradicionales de inversión, es decir, la renta fija y la renta variable (bonos y acciones). Dentro de la categoría mencionada, existen activos tales como, las inversiones en Fondos de Capital Privado, Fondos de Inversión Colectiva, empresas de Capital de Riesgo, bienes inmuebles, commodities, entre muchos otros. Así pues, incluidos en esta gran familia se encuentran los derivados financieros, tales como los Futuros, los Forwards, las Opciones y los Swaps. Para este caso particular, se abordarán los Futuros (contratos donde se pacta el precio con determinado tiempo de anticipación, en aras de cubrir el riesgo de algún activo), en específico los Managed Futures.
Para entrar en materia, los Managed Futures son simplemente estrategias de inversión haciendo uso de Futuros para buscar retornos financieros derivados de la inversión realizada. Ahora bien, este activo tiene varias bondades, las cuales hacen que tenga un atractivo extra a la hora de incorporarlo a un portafolio. En el año 1983, John Lintner realizó un estudio llamado “The Potential Role of Managed Commodity Financial Futures Accounts (and/or Funds) in Portfolios of Stocks and Bonds” (Lintner, 1983). Este autor se interesó en el estudio de este activo dado que, como se mencionó con anterioridad, presenta una serie de atributos bastante atractivos. Para comenzar, el activo en cuestión presenta una correlación casi nula y, en algunos casos, negativa con respecto a los activos tradicionales. Lo anterior significa que el comportamiento de ambos activos no se relaciona en ninguna medida y, por ende, la inclusión de Managed Futures en un portafolio diversificaría su riesgo de manera inmediata.
Lo anterior se evidencia en la historia financiera con la que se cuenta. Unos ejemplos de esto son, la crisis del Dot Com a comienzos del siglo XXI y la crisis inmobiliaria del año 2008. En la primera, uno de los índices accionarios más importantes de EEUU, el S&P500, tuvo una caída de más de 46%, mientras que el índice de Managed Futures más importante (BTOP50) aumentó su valor en casi 39% en el mismo periodo de tiempo. De manera similar, durante la crisis inmobiliaria del año 2008, el S&P500 y uno de los índices accionarios más importantes de América Latina (MSCI) cayeron más de 45% en su valor, mientras que el BTOP50 aumentó su valor en más de 7% en el mismo periodo de tiempo. Así las cosas, es evidente que la inclusión de esta clase de activos actúa de una excelente forma diversificando portafolios.
Por otro lado, dada la estructuración de los Futuros, este activo permite hacer apalancamiento sin necesidad de incurrir en un préstamo bancario. Esto funciona de la siguiente manera: un contrato Futuro de petróleo se compone de 1,000 barriles de petróleo multiplicado por el precio Futuro del barril, asumiendo que es 80 dólares, el contrato futuro de petróleo costaría 80,000 dólares. No obstante, para comprar este contrato sólo se debe pagar un porcentaje de su valor (ronda entre el 5% y el 10% dependiendo del activo), de manera que si hay que pagar sólo el 10%, se debe desembolsar 8,000 dólares por un contrato. De esta manera, con sólo 8,000 dólares se puede estar en una posición de 80,000 dólares, o si se usa el presupuesto restante para la misma operación, se pueden haber pagado 80,000 dólares para 10 contratos futuros de petróleo y estar invertido en una posición de 800,000 dólares sin pedir ningún préstamo bancario e incurrir en intereses.
Por último, existe una última bondad estadística para el uso de Managed Futures. Antes de explicar esto, es preciso mencionar el concepto de skewness en una distribución de valores (en este caso retornos mensuales). El skewness es la tendencia que tienen los retornos de un activo, por ejemplo, el S&P500 renta en promedio 1% mensual, pero cada determinado periodo de tiempo renta -5% mensual, lo que implica que tiene un skewness negativo. Entendiendo esto, la bondad que presentan los índices de Managed Futures es que tienen Skweness positivo.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante aclarar que la rentabilidad mensual de los Managed Futures es menor que la presentada por las acciones. Sin embargo, al tener skewness positivo, un nivel tan bajo de correlación y la posibilidad de realizar apalancamiento implícito sin necesidad de un crédito bancario, el activo se convierte en una pieza clave en la búsqueda de mayor rentabilidad a un menor riesgo. Este es el resultado presentado por Lintner en su estudio realizado en 1983, donde concluye que la inclusión de estos activos con un peso de entre el 15% y 20% de un portafolio tradicional, puede hacer que los inversionistas logren un mismo nivel de rentabilidad a un nivel de riesgo menor al que se asume actualmente o, por el contrario, que logren un mayor nivel de rentabilidad a un mismo nivel de riesgo.
Ahora bien, la Legislación Colombiana hace varios años era mucho más restrictiva a la hora de permitir a inversionistas institucionales, tales como los fondos de pensiones, hacer inversiones en activos alternativos. No obstante, en la actualidad se permite un tope máximo del 20% del fondo invertido en activos alternativos. Esto demuestra grandes avances en el entendimiento de los inversionistas institucionales y en el entendimiento de sus necesidades para que logren ser cada vez más eficientes. Por último, vale la pena mencionar que cada vez los pequeños y grandes inversionistas pierden su aversión a los derivados financieros, pues años atrás eran considerados como instrumentos peligrosos e incluso los causantes mismos de las crisis financieras grandes. Sin embargo, como se expone en el presente artículo, es posible ver lo beneficiosos que pueden llegar a ser dándoles el uso correcto.